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Neurodivergencia y psicoterapia: un enfoque más humano

  • Foto del escritor: Edu Hardy
    Edu Hardy
  • 12 ago
  • 2 Min. de lectura

Edu Hardy | Terapeuta de adultos y profesionales neurodivergentes

En los últimos años, ha comenzado a surgir una nueva manera de entender la neurodivergencia. Poco a poco, estamos transitando desde un modelo clínico basado en el déficit hacia una perspectiva centrada en la diferencia, que reconoce otras formas válidas de percibir, sentir y habitar el mundo.

Como terapeuta —y también como madre de una niña neurodivergente— este cambio es profundo, personal y profesional. Mi práctica se basa en la Terapia Humanista Integrativa, una propuesta que pone a la persona en el centro, no como un diagnóstico, sino como un ser valioso, único y en proceso. Esta mirada resuena naturalmente con los valores del Modelo de la Neurodiversidad.


Por qué necesitamos otra forma de acompañar

Muchas personas neurodivergentes (con TDAH, autismo u otras condiciones del neurodesarrollo) no llegan a terapia por sus diferencias cognitivas en sí, sino por años de incomprensión, sobreesfuerzo y rechazo sutil o explícito por parte del entorno.

Frases como “tienes que prestar más atención”, “¿por qué eres tan sensible?”, “si te organizaras mejor, podrías…” se repiten en entornos escolares, familiares y laborales, y van dejando huella. Especialmente en adultos profesionales que, desde fuera, parecen estar bien… pero por dentro están agotados.

En la consulta veo personas que han aprendido a camuflar, rendir más de lo que pueden, disculparse constantementey vivir con la sensación persistente de que nunca es suficiente.


¿Qué ofrece la Terapia Humanista Integrativa?

Este enfoque propone algo fundamental: un espacio relacional, ético y no patologizante donde la experiencia neurodivergente no se corrige, sino que se comprende y valida.

Desde aquí, trabajamos para:

• Respetar el ritmo y la forma de procesar del cliente

• Nombrar emociones sin juicio

• Sostener el cansancio del sobreesfuerzo

• Reescribir creencias como “soy un desastre” o “tengo que disimular”

• Recuperar el derecho a parar, cuidar(se), y vivir con autenticidad

Terapia no como lugar de corrección, sino como espacio para descansar, entenderse y elegir desde otra mirada.

Hacia una psicoterapia más inclusiva

Como profesionales de la salud mental, tenemos la responsabilidad de cuestionar también nuestras prácticas. Estar informados por el modelo de la neurodiversidad implica ajustar no solo nuestras técnicas, sino también el lenguaje, el ritmo, las expectativas y nuestras ideas sobre el “progreso terapéutico”.

Se trata de acompañar desde la escucha, no desde la exigencia.

De reconocer que la diferencia no es un problema a resolver, sino una forma legítima de estar en el mundo.


Si eres neurodivergente —o crees que podrías serlo— y buscas un espacio terapéutico donde puedas ser tú, sin tener que justificarte ni adaptarte más de lo necesario, estaré encantada de acompañarte.

📬 Puedes escribirme para una primera sesión en español o inglés.

No tienes que seguir sosteniéndolo sola/o.

 
 
 

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© 2023 por María Esperanza, Ph.D. Orgullosamente creado porWix.com

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